Una crisis epiléptica es un cambio repentino, involuntario y usualmente corto en conducta, moviemiento, sensación y/o conciencia (o nivel de alerta o reconocimiento) asociado a un patrón eléctrico anormal (como una "tormenta" eléctrica) en el cerebro. El patrón eléctrico anormal puede usualmente ser observado en el momento de la crisis en un EEG (electro-encefalograma).
Una crisis no-epiléptica es un episodio o evento que se siente y se ve similar a una crisis epiléptica, pero que ocurre sin los cambios eléctricos anormales que ocurren durante una crisis epiléptica.
Para alguien que está observando, una crisis no-epiléptica se ve muy similar a una crisis epiléptica,
pero si uno conectara un EEG para registrar la actividad eléctrica en el cerebro durante la crisis no-epiléptica,
no se observaría el tipo de actividad eléctrica anormal que se registra en una crisis epiléptica.